El Bohío, de Pepe Rodríguez, hace sublime la recia cocina castellana.
A mitad de camino entre Madrid y Toledo se encuentra Illescas, una población un tanto anodina, una de las que creció como dormitorio de la capital que tiene casi olvidado su pasado más esplendoroso, cuando fue una de las protegidas del todopoderoso Cardenal Cisneros. La potencia de sus dos vecinas Continuar leyendo «Un milagro de la gastronomía entre Madrid y Toledo»